as time goes by

Esta noche voy a abrigarme bien de amarillo, para desafiar a la lluvia y a la suerte.

aguado, mon amour

Dices que la insomne se dirige a una estación y embarca con sus pasos hasta llenar de pasos los vagones y no piensa en destinos ni en maletas. Y no mientes. Porque no hay maletas, destinos, vagones suficientes, para guardar lo que la insomne sueña despierta.

viajeros

Dos viajeros se cruzan en el hall de un hotel y se reconocen. No hace falta que digan nada. Al menos hasta que vuelvan a coincidir.

el club de los inocentes

Ya nos lo advirtieron. Ni tú ni yo podemos entrar.

viva el cambio climático (con perdón)

Veintisiete de diciembre, veintitrés grados. La felicidad en mi mesa, a la hora del almuerzo.

diálogos posibles [22]

-La muerte huele a manzanas.
-Sí, a manzanas al sol.
-No es un olor desagradable, es dulce.
-Sí, demasiado dulce.

lo irracional

Encuentras un elefante entre unos papeles y ese día te sale todo bien. Lo enmarcas y lo colocas en la estantería. Lo miras de reojo, ves lo fácil que es caer.

california dreamin'

Luces y palmeras. Así no hay quien crea en la nieve.

cuatro en raya

Si la miras con perspectiva la vida parece un juego. O casi.

en attendant sam

La muerte sí que es un soplo.

esa dulce arrogancia, un año más

Ya no me pregunto qué harán bajo la lluvia, sólo me pregunto si serán las mismas que el año pasado.

lady marmalade

Lo que nunca seré por más que me lo proponga.

la vie en rose

Los árboles no pueden equivocarse.

lo recuperado

Encontrar en el fondo de un cajón lo que creías perdido.

tú eres mi árbol

Anidar las palabras en el hueco de un árbol o de una roca. Para que se pierdan, para que no se pierdan.

y si no

Hoy he contado en lentejas los años que me quedan, con suerte, hasta cumplir noventa. Vistos así, dan risa. O todo lo contrario.

no voy a salir de aquí

Es cuestión de apagar tu mente y dejar que las palabras broten de la tierra. Es el único modo en que la vida puede explicarse con palabras. La única putada es que algunas personas lo hacen bien y otras simplemente no tienen nada dentro para que les salga. Eso dice Hinson. Yo, mejor, no digo nada.

lacarta y gonzález, mes amours

No fue un sueño. Lo vi: La nieve ardía. Leo una y otra vez esos tres versos de Ángel González en un mail de Ana Lacarta, y yo, que me dejo atrapar por las sombras de lo pequeño, me pregunto si acaso he llegado a soñar, a ver de verdad, algo en toda mi vida.

lunes de superhéroes

¿No hay lunes en los que te gustaría levantar la vista y comprobar que un superhéroe, cualquiera, acudiría en tu ayuda si lo necesitaras?

caníbales sin fronteras

Con los ojos, con la boca. Después con las manos, cada uno en su noche.

el pirata cobarde

Él temió arañarme con su garfio. Yo me quedé sin sus caricias de plata.

de piedra

Un día de estos, imagínate, si un día, un día de estos esto, estallara, imagínate. Eso dice, y no me sorprenden sus palabras. Lo que me asombra es que, después de tantos años, el viejo pajarraco siga dejándome de piedra.

óptica

¿Por qué lo perdido siempre pesa más que lo que permanece?

gómez milián, mon amour

Huyo de tu ausencia y noto que ya ha empezado a alcanzarme, dice. Cierro los ojos y deseo: espero que sepamos correr.

días deshojados

Volver a las aceras conocidas. Reconocerse.

bus station blues

Volver también es ir, pero volver cansa.

souvenir de alcanadre street

Ojalá algunas noches cupieran en un cenicero. Y ojalá yo fumara.

no le digas que estoy loca

No le hables de la velocidad ni del miedo a caer. Háblale de lo que llevaba envuelto. Háblale de lo que no viste.

souvenir del biribay bar

Detrás del humo, yo, escondiendo las ganas de correr, de huir. Detrás del humo de otros, yo. O lo que queda de mí a estas horas sin ti.

versión libre de un poema de parreño

Íbamos Micah P Hinson y yo a 270 Kms/h camino del invierno.

bic

¿Dices que me duele la cabeza porque la tengo llena de palabras, y me preguntas por qué me sujeto el pelo con un boli?

para ojos los míos

Estoy harta del clorhidrato de amitriptilina, del paracetamol, de la codeína, del furoato de fluticasona, del sumatriptán y de llorar en la ducha. Me he cansado de mirarte, dolor, a los ojos. Ahora vas a mirarme tú. Si es que te atreves.

rebelde sin causa (pero con tilde)

Me acordé de tí, escribes. Y el peso de esa í me asegura que no mientes. Y me da por pensar en un comando rebelde que a partir de hoy tildara todos los monosílabos. Pronto seríamos miles. De momento, tú y yó.

parreño, mon amour

Ya para siempre tendrás lo que te he dado, de mi regalo nunca podrás huir ni devolvérmelo. Eso dijo en su libro "Instrucciones para blindar un corazón". Yo también lo digo. Ahora.

días de nada

Ni siquiera el viento detrás de los cristales.

el futuro, quién sabe

¿Tan sola se siente como para no quitarse el sombrero?, pienso, y me pregunto si mi futuro también será un sombrero rojo.

conclusión con el estómago vacío y la cabeza llena

Sólo llegamos limpios al deseo. Lo demás se aprende con palabras de otros.

pluscuamperfecto

No puedo imaginar nada mejor que un mundo al revés. Donde, por un día, los cipreses sólo crean en nosotros.

malditos kilómetros

La noche y unas cervezas. La noche y sus kilómetros.

my kingdom for a horse

Todo lo que tengo por unas alas. Bien grandes.

quince años tiene mi amor

Un ukelele, cuatro estrellas, quince años.

la lógica del matemático

El matemático observa un yoyó. Y comprende.

time

Golpes de lluvia en las ventanas. Y su voz golpeando mis pulmones, ahora llenos, ahora vacíos. Dulcemente triste, dulcemente feliz. Dímelo tú, Tom, ¿crees que voy por buen camino?

pimienta, mon amour

El ocre gana su batalla contra el tiempo, dice. Con suerte será después del desayuno, estaremos solos, dice. Uno llena de vida el cuarto, dice. Abre un poco las cortinas, mira hacia afuera y encuentra un día lejano. Eso dice, y yo sé que no miente.

vega, mon amour

En un mundo descomunal siento mi fragilidad, decías. Pero a mí ya no me da miedo la enormidad porque sé que alguien oye mi voz. Sé que hay alguien más ahí. Lucha de gigantes, decías.

la tapia amarilla

Compre una casa de lata en Londres, allá por 1990, sólo por gastar las libras que me sobraban. Al final se convirtió en uno de esos objetos imprescindibles, que miras y te detienen. La luz sobre esa casa. La luz amarilla sobre esa casa, ahora.

noviembre en la piel

Algo me dice que hoy comienza la vida. Otra vez. De nuevo. Siempre.

calero, mon amour

Encontrar en las viejas cassettes las piezas que te faltaban para rematar el puzzle de un domingo sin sol. Veranos enteros recorriéndote la espalda. Eg and Alice, Nine inch nails, Nirvana, Pizzicato five, Everclear, Radiohead, Lou Reed, The wallflowers, The cure, Green day, Maddening flames. Volver a los diecisiete después de vivir un siglo, dijo alguien. Justamente eso. Y celebrarlo con fuegos artificiales por los pasillos de casa.

el punto crítico de la curva fatídica del viajero

Hay ese eme eses que son ese o eses.

single room

Decir en voz baja, ¿qué hago aquí?, ¿por qué este vacío?, ¿de dónde este dolor? Y a pesar de todo reconocerse en la luz, en lo provisional, en lo ajeno. Y desear que el viaje no acabe nunca.