¡Dejad de desconfiar, echad al contenedor los disfraces! ¡Dejad que vuestros brazos se llenen de cerezas!
kafka, i miss you
¿No habéis deseado, alguna vez, despertar convertidos en despreocupados insectos ajenos a la estupidez que os rodea?, ¿en ignorantes insectos que sólo saben del peso del sol sobre sus espaldas?
aquí empieza el feliz mundo conocido
Ser conscientes del tiempo que perdimos desplazándonos de un cuerpo a otro cuerpo. Reconocer que no dejaron huella, sólo asco. Arrepentirse del dolor y hasta de la risa, si la hubo. Volver limpios y ligeros a nuestras propias y luminosas sombras.
ese dulce y aterrador zumbido
¿Y qué hacer esas mañanas en las que toda nuestra fortuna es una abeja atrapada bajo el pecho que intenta deshacerse de nosotros?
días de púas
¿Para qué desperdigar semillas más allá del asfalto? ¿Para qué esta certeza de que todo se pierde? ¿Para qué las manos intentando detener lo que se va? ¿Para qué el viento?
sobre ruedas
Detenernos ante las cosas con la urgente curiosidad de un niño. Desaprender la prisa, como si tuviéramos toda la vida por delante.
¿qué fue de la línea 5?
Pasamos la mayor parte del tiempo rodeados de extraños. ¿Y cuántos extraños caben en un autobús? ¿Y cuánta desesperanza cabe en cada extraño? ¿Y cómo escapar?
tempus fugit, o eso dicen
Mirar trilobites detenidos para siempre sobre la piedra donde quizá tomaban el sol, y ser capaces de decir, sin que nos tiemble la voz, que el tiempo huye.
cosas con las manos
Mezclar un kilo de arroz integral con un kilo de arroz blanco y volverlos a separar. Ocupar las manos, vaciar la cabeza.
hilos flojos
Deberíamos aprender a descosernos del mundo, sin demasiada nostalgia, procurando dejar tan solo un leve rastro para no olvidar que hemos vivido.
el año del caballo, dicen
La felicidad se parece mucho a no tener planes ni retos por cumplir. A dejarse mecer como quien hace el muerto en la orilla, procurando no arañarse demasiado con los erizos del fondo.
y llegó diciembre abriendo los brazos
Si después de la tempestad llega la calma, después de la nevada llegan las auténticas hojas secas mojadas. Sólo hay que saber esperar.
el mes de la libertad
Noviembre es el mes en el que algunos árboles, y todas las persianas, se incendian por gusto de luz y no de fuego.
puntos suspensivos
En cada despedida intentar convencer al otro de que alejarse no es nada, tocándole las manos hasta convertirlas en arena o en comida para pájaros.
sin que sirva de precedente
Nada como una habitación de hotel libre de humo, de recuerdos, de sentimentalismo. Una habitación de hotel donde nada es nuestro, sólo el tiempo. La felicidad está ahí y es vertical.
¿quién reina sobre las cosas quietas?
Mirar un estanque y pensar en el estómago de un pájaro, una diminuta burbuja de insectos aún vivos ahogándose en su diminuto miedo.
la joie de ne pas savoir
Alguien dijo que la felicidad sólo se encuentra en uno mismo. No se me ocurre nada más triste que saber dónde acaba uno mismo.
llámalo fluir
Pero así, sin ninguna prisa, mientras te pintas las uñas de los pies con laca transparente, y una racha de aire mueve la cortina del baño y te fijas en la luz amarilla sobre la torre de la iglesia, ¿no parece que todo es perfecto?, ¿no parece que todo es posible?
llámalo neurosis
Pero así, sin etiquetar, ¿no parecen gigantes buenos esperando la lluvia? Así, sin etiquetar, ¿no pareceríamos todos mejores?
todo va a estar bien
Hay días en los que la luz nos toca, nos empapa de algo muy parecido a la felicidad, sólo porque al abrir la ventana del cuarto de baño el sol, atravesando el vapor, se posó sobre los azulejos húmedos y nuestra mano se fue ahí, a esos azulejos y los acarició intentando retener algo. Mañanas que nos hacen pensar que podríamos mantener ese estado de bienaventuranza para siempre. Pero la luz se va y los azulejos se enfrían. Pero la luz siempre vuelve.
la casa de la fugitiva
Ordenar la mañana lejos de casa, mezclar lo ajeno con lo de uno. Tratar de ordenar la luz sobre las cosas.
sólo un paso
Al llegar al paso de cebra desear volver sobre los propios pasos y emprender otro camino, hacia atrás, hacia dentro, hacia la nada.
desaparecerse, un poco
Conducir durante horas, alquilar una habitación de hotel, bajar la persiana, apagar las luces y quedarse muy quieto. Imaginar que no existimos. Disfrutar con la idea de que nadie volverá a acordarse de nosotros.
un oso blanco entre las palmeras
No llegar a entender del todo por qué el frío me hace pensar en la muerte, aunque parezca lo lógico.
el miedo es otra cosa
Saber que cuanto más nos quieran mayor será el dolor cuando nos olviden. Suponiendo que sólo nos olviden y no lleguen a odiarnos.
esa leve y detestable propensión al drama
Sostener una taza vacía, aún caliente, entre las manos. Sentir por un momento que si se rompiera esa taza, sería el fin del mundo. Saber que es mentira.
sweet dreams
Pensar, al meterte en la cama, en cuántas personas se alegrarían de tu muerte. Contarlas con los dedos, dormirte pensando en ellas.
bajo ningún concepto
Recordar una tarde intensamente feliz. Por ejemplo, una conversación con un amigo. Recordar el haber querido tener un jersey del mismo color que el cielo de aquella tarde. Y aun así no desear que volviera a ocurrir, y aun así no desear volver a ver a ese amigo.
olvídate de silbar
¿Reconoceríamos sólo por el aspecto a aquellas personas que, si estuviera prohibido llevar un objeto determinado en el bolsillo o pronunciar ciertas palabras en público, no notaran la diferencia entre vivir libres o sometidos?
intentar no volver a arruinar algo hermoso
El deseo sincero de volver a ver a un amigo, viajar durante horas y al llegar el momento del encuentro, buscar una excusa, no ir.
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