adiós

El año se llevó lo mejor de mí: mi camisa favorita y mi mejor amigo. Sin esperanza ni temor, susurra el invierno.

¿y para qué más?

Nunca dejarán de caer estas hojas secas. Pasan de largo, lentamente las nubes. Que nadie me pregunte por qué escribo lo que escribo. Que nadie me pregunte.

mira a tu alrededor, di casa

Y el techo sigue ahí y el suelo sigue ahí, esperando un día sin sombras.

hablar por hablar

A otros les quedará París. A mí, un sofá que nos detenga.

como si cayera un árbol

Todos dicen no, todos dicen temblar. Yo asiento, yo no tiemblo. Yo clavo mis pies en la tierra.

nos gusta vivir

Ver belleza donde otros ven melancolía. Ver vida donde otros ven tedio. 

cincuenta

El amor lo es todo. La muerte no es nada. Hay que vivir sin esperanza ni temor. Se puede vivir con muy poco. La comunicación no existe, construimos sobre malentendidos. Las decepciones nos abren los ojos, nos limpian. Hay que alejarse de cualquier tipo de poder. El único superpoder que me interesa es el de la invisibilidad. El mundo puede parecer un asco, pero la vida es una maravilla. Y, aun así, siempre pensaré que sería mejor no haber nacido.

todo es ruido

Una gota de miel sobre la encimera. El lentísimo trabajo de las hormigas. Todo grita. Todo grita.

dolor vs dolor

La muerte es un click ensordecedor capaz de convertir en ruido la delicada docilidad de la luz sobre las cosas.

y que decida el barro

Temblar en el abrazo, no en la oscuridad. Temblar porque fuimos incendio sombrilla al poniente ola gratinada. Temblar de placer no de miedo.

¿quién necesita máquinas del tiempo?

Basta con una libreta, año 1967. Y la letra de tu madre y tu propia letra, imitándola, te arrastran de los pies. Y una casa con persianas azules te arrastra de los pies. Y una chimenea por la que cada noche entraban seres de otro mundo, para arrastrarte de los pies, te arrastra de los pies. Y el sonido del llavero de tu padre te arrastra de los pies. Escuchabas esperabas escribías, sin saber nada. Ahora lo sabes todo. Sabes que la luz sobre aquella persiana nunca dejará de iluminarte, que esos seres de otro mundo eran buenos y que tu padre traía siempre un cuento en su cartera. Y te preguntas, ¿por qué mi madre nunca hizo bizcochos?

podio deliberadamente nostálgico

La precisión de la luz siempre más allá de la precisión de las palabras. Aunque nunca, nunca, podrá superar en precisión al abrazo de un amigo.

de paso

Que nada sea nuestro, que nada nos detenga, que todo sea camino.

luz del norte

Mejor que cualquier museo, mejor que cualquier paisaje. La luz de las diez de la mañana sobre las cosas ajenas, deteniendo el mundo.

bienvenidos al silencio

Mantener en el buzón el nombre de quienes vivieron con nosotros para que sigan viviendo entre nosotros. Amueblar así, silenciosamente, la soledad que nos rodea.

aléjate de mí, supersimetría

A pesar del bosón de Higgs y de la aparente calma que me proporciona la hierba recién cortada, prefiero creer que soy fruto del caos, un verso libre del multiverso.

no lo despiertes

El pacífico, como no podría ser de otro modo, se despide de agosto con una sosegada traca final de flores.

iluminada

Creemos saberlo todo, pero no sabemos nada. Intuimos, nos aproximamos. Y una tarde de agosto visitas a un amigo, te deja entrar en su guarida y pasas el dedo por el lomo de sus libros y miras la ciudad desde lo alto con unos prismáticos y lo comprendes todo.

fly me to the moon

Algunas noches el cerebro construye hermosos sueños. Por la mañana, no hay obstáculos, todo parece fluir. El cerebro sabe cómo hacernos silbar.

arquitectura práctica

Alguien debería numerar cada centímetro de nuestro cuerpo para que llegado el caso, que tarde o temprano llegará, sea más fácil recomponernos.

perspectiva en ayunas

Si los sentidos nos engañan, entonces, ¿este vacío, este crujir de ramas rotas bajo el esternón, es mentira?

cuando todo es cansancio

Recordar aquellas palabras del viejo Sam, cuando decía que lo único que tenía en contra de la muerte era no poder disfrutarla. Entonces, atarnos una etiqueta con nuestro nombre y descansar durante un rato de la soledad y de la estupidez que nos rodea. 

agujeros de gusano

¿Por qué al mirar la regadera rota pienso que la soledad es una pequeña vasija de la dinastía Ming, en su vitrina, una vez que los turistas se van y las luces del museo se apagan?

verano

Que sea el viento tu aliado cuando trates de alejarte.

diálogos con abel

-Abel, ¿qué haces?
-Un agujero.
-¿Para qué?
-Para meter una semilla y un coche.
-¿Un coche? ¿Para qué?
-Para que el árbol juegue mientras crece.
-Y cuando crecen, ¿a qué juegan los árboles?
-A mirar a los coches que pasan.

la fábrica (de oxígeno) del mundo

Todo era hierba y se mecía, y comí pétalos de flores, y metí la cabeza en un seto y volví a creer en la vida sin más.

días sin pájaros

¿Y qué hacer cuando la razón echa raíces y da frutos amargos que no alimentan a nadie?

tener la posibilidad de

Libertad no es sinónimo de tener capacidad de elegir, sino de que nada ni nadie nos impida la posibilidad de elegir.

todo está en calma

Saber que todo es desierto y el viento se lo lleva.

cajas pequeñas e inútiles (e ignífugas)

Tener la certeza de que debemos guardar algo, por pequeño e inútil que parezca, en un lugar seguro. Tener la certeza de que tarde o temprano lo necesitaremos. Pero, ¿qué guardar?

fsf

Saber reconocer la calma. No rendirse nunca al falso reposo con el que intentará seducirnos la falsa simetría del frío.

¿será que no como?

Dejar atrás el dolor y sus infatigables asaltos. No volver a luchar contra gigantes ni molinos. Emprender el camino de regreso.

un rastro de sudor

Los enormes cubos de periódicos prensados, la cancha de baloncesto vacía, esos árboles a la velocidad de la luz, una nube de pájaros muy negros y muy juntos. Detener el paisaje, intentar recuperar el sol que perdimos.

un lugar donde sentarse

Huir no siempre es necesario, a veces basta con encontrar una silla libre.

en serio, ¿tan solos estamos?

Al pasar accidentalmente la mano sobre una taza vacía que aún desprende calor, a pesar de saber que es un objeto inerte, que se trata de un fenómeno físico que quizá no llegue a la categoría de fenómeno físico, a pesar de todo eso, sentir por una milésima de segundo que está viva. Y desear amarla. Y desear que nos ame.

la prisa y la fiebre

Abandonar la prisa y su dulce vértigo. Caminar muy despacio, sentarnos y sonreír de vez en cuando a lo largo del camino, para que nadie note que estamos huyendo.

la primavera, ¿era esto?

¡Dejad de desconfiar, echad al contenedor los disfraces! ¡Dejad que vuestros brazos se llenen de cerezas!

kafka, i miss you

¿No habéis deseado, alguna vez, despertar convertidos en despreocupados insectos ajenos a la estupidez que os rodea?, ¿en ignorantes insectos que sólo saben del peso del sol sobre sus espaldas?

aquí empieza el feliz mundo conocido

Ser conscientes del tiempo que perdimos desplazándonos de un cuerpo a otro cuerpo. Reconocer que no dejaron huella, sólo asco. Arrepentirse del dolor y hasta de la risa, si la hubo. Volver limpios y ligeros a nuestras propias y luminosas sombras.

ese dulce y aterrador zumbido

¿Y qué hacer esas mañanas en las que toda nuestra fortuna es una abeja atrapada bajo el pecho que intenta deshacerse de nosotros?

días de púas

¿Para qué desperdigar semillas más allá del asfalto? ¿Para qué esta certeza de que todo se pierde? ¿Para qué las manos intentando detener lo que se va? ¿Para qué el viento?

sobre ruedas

Detenernos ante las cosas con la urgente curiosidad de un niño. Desaprender la prisa, como si tuviéramos toda la vida por delante.

¿qué fue de la línea 5?

Pasamos la mayor parte del tiempo rodeados de extraños. ¿Y cuántos extraños caben en un autobús? ¿Y cuánta desesperanza cabe en cada extraño? ¿Y cómo escapar?

ligereza

Pesan las cosas, no su sombra. Pero, ¿quién se atreve a ser sólo sombra?

tempus fugit, o eso dicen

Mirar trilobites detenidos para siempre sobre la piedra donde quizá tomaban el sol, y ser capaces de decir, sin que nos tiemble la voz, que el tiempo huye.

cosas con las manos

Mezclar un kilo de arroz integral con un kilo de arroz blanco y volverlos a separar. Ocupar las manos, vaciar la cabeza.

hilos flojos

Deberíamos aprender a descosernos del mundo, sin demasiada nostalgia, procurando dejar tan solo un leve rastro para no olvidar que hemos vivido.

el año del caballo, dicen

La felicidad se parece mucho a no tener planes ni retos por cumplir. A dejarse mecer como quien hace el muerto en la orilla, procurando no arañarse demasiado con los erizos del fondo.