Recibo un mail: "Hoy Daniel tiene escrito en su calendario: Día juguetoso. Y ahí están abajo, dándole al mando de la Play, con el suelo lleno de papeles y juguetes. Hoy los quiero como nunca." Miro de reojo cómo se aburre mi Pinypón en la estantería. Creo que no voy a volver a preguntarme por qué la gente tiene hijos.