Ve a la cocina, toma un tomate cherry y métetelo en la boca. Mantenlo ahí, sin masticar. Apaga la luz del cuarto de baño. Entra en la ducha con cuidado. Abre el agua caliente y deja que caiga sobre tu cabeza desde lo alto. Cierra los ojos. Cuenta hasta tres y explota el tomate en la boca. ¿Qué?