Sé que este verano todo será distinto, dijo. Se ha comido las uñas, ha dejado de fumar, no va a enamorarse nunca. Es lo que tiene ser dios, dijo, que sabes las cosas de antemano.
El miedo no es un texto ininteligible en la pantalla de tu ordenador, ni encontrarlo fotografiado en tu cámara digital. El miedo no es recibir un mail con tu propio remite, ni que el mensaje sea ese texto. El miedo es no recordar absolutamente nada, ni cuándo ni cómo ni por qué te levantaste en mitad de la noche para hacerte tantísimo daño.
Hace unos años vi una piscina inflable y deshinchada en un descampado, y pensé que era más feliz que yo. Ese mismo día, leyendo a Max Brod, envidié la vida de Kafka.
Cuando uno necesita hablar con alguien, tiene suerte si encuentra al desconocido apropiado. Sé que eso no es mío, pero me queda mejor que muchas de mis camisetas.