El miedo no es un texto ininteligible en la pantalla de tu ordenador, ni encontrarlo fotografiado en tu cámara digital. El miedo no es recibir un mail con tu propio remite, ni que el mensaje sea ese texto. El miedo es no recordar absolutamente nada, ni cuándo ni cómo ni por qué te levantaste en mitad de la noche para hacerte tantísimo daño.