la cofradía del seto

A veces me pregunto qué hizo que lo que somos, eso que ya estaba en nosotros, se disparara sin retroceso. Si quizá aquella mañana en el parque, al pasar la mano por un seto, descubrimos el placer y el horror de lo efímero. Si quizá a partir de ese día la nostalgia se instaló en nosotros para no abandonarnos nunca.