"Algo sucede en el mundo cuando uno retrocede. Ese lento trance a través del cual el sujeto se aleja del objeto y se aproxima, de espaldas, hacia el lugar que no puede ver, siempre tiene consecuencias (...) por más terror, por más algarabía, por más desazón que se sienta, uno no puede cerrar los ojos. Uno ve. Uno ve vorazmente. Uno no puede dejar de ver". Yo sólo digo, ¡Oh!