Ya hay colchón en el cuarto de invitados, y dos almohadas a las que saqué un poco de relleno por si te gusta dormir bocabajo. La ventana ya tiene cortina y el armario cinco perchas vacías de color azul. Sobre la mesa de noche un cofre lleno de piedras por si sintieras miedo o te persiguiera algún animal de los que suelen perseguirnos en los sueños. Ya no tienes excusa.