El sábado comí con mi profesor de Biología de COU. Al poner su nombre en Google le salió una referencia a mi blog porque había salido en uno de mis sueños. Así dimos el uno con el otro, por un sueño, después de más de 25 años. No ha cambiado nada, diga lo que diga. El mismo cabello blanco, la misma curiosidad, las mismas ganas de reír. Ahora no fuma. Hacía más de 25 años que no sabíamos el uno del otro. Y me recibe con una piedra, la saca del bolsillo del bañador. La cogió por la mañana dando un paseo por la playa. La cogí para ti, dice. Y me acuerdo de un verso de José Luis Gallero: "Donde todas las piedras tienen la forma de un deseo".