Abres una caja esperando encontrar viejas fotos de carnet, unas monedas extranjeras o una llave perdida, pero sólo hay flores raras. Y piensas, ¿uno es lo que guarda?
Alguien que sólo vive aquí y que no sabe qué hacer con tanta carne saludable y tanta luz, dice. Mi querido Hombre Cangrejo, ocúpate tú de la carne y déjame a mí la luz.
Mi abuelo rezaba todas las tardes el rosario, me han contado. Si lo rezaba temía a Dios, de algún modo, y si alguien teme a Dios supongo que es capaz de temer cualquier cosa.