Espero un fundido en negro, un pitido, un himno, una carta de ajuste. Pero el mundo no se para.
lástima no medir dos centímetros [9]
Con un poco de ayuda (y serrín), la lluvia que llegó hasta debajo de la cama puede convertirse en una playa paradisíaca al atardecer. Seguro que a partir de hoy sueño con palmeras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)