desde aba hasta zanna

Unos árboles orgullosos de parecer muertos, dulces semillas de amapola para desayunar, más de doscientos nombres en un bloque de piedra, dos hojas de adelfa entre las páginas de un libro de Marcin Kurek y una foto de Dylan en el AirFrance Magazine que casi me hace llorar. Todo fue mío, nada me pertenece.